Cuatro generaciones son ya las que hemos trabajado en torno al negocio familiar. Proveniente de la finca El Descanso, en Chinchiná, Caldas, nuestro producto ha sido cuidadosamente seleccionado y secado con procesos artesanales que permiten controlar la calidad, para finalmente pasar por un proceso de tostión en Santa Rosa de Cabal, desde donde se empaca y distribuye a diversas partes del mundo, llegando a los paladares más exigentes.